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Podofilia, la adicción a los pies

  • Foto del escritor: Jonathan Amador Castillo
    Jonathan Amador Castillo
  • 3 nov 2019
  • 2 Min. de lectura

Según el Diccionario culto del erotismo, la "podofilia" es la pasión erótica o excitación sexual por los pies. Quien la siente recibe el nombre de podólatra porque, como bien dice la palabra, es un individuo que idolatra, que adora los pies. Se trata de una parafilia muy común en los varones y poco extendida entre las mujeres heterosexuales (algo más entre las homosexuales).

Aunque es una variante sexual que se ha puesto más de moda que nunca en los últimos tiempos, su origen se remonta a la antigüedad. La obsesión de los chinos por los pies pequeños se exportó a Europa con éxito gracias a un cuento tradicional del siglo XI reescrito por Charles Perrault: 'Cenicienta', con un príncipe podófilo loco por desposar a la chica con los pies más pequeños del reino.

No obstante, el germen de esta inclinación erótica sigue siendo un misterio que los hombres de ciencia llevan siglos intentando descifrar. Ya el doctor Richard von Krafft-Ebing, pionero de la sexología, estudió en su libro 'Psicopatía sexualis' (1886) varios casos de fetichistas del pie, a los que intentó (en vano) curar mediante técnicas de hipnosis.

El profesor Rinaldo Pellegrini habló en su clásica enciclopedia 'Sexuología' (1968) de un hombre que sólo era capaz de copular con una mujer (campesina, para más señas) cuando ella tenía los pies desnudos.

Freud psicoanalizó a muchos podólatras y remontó el origen del trastorno a la infancia: la necesidad imperiosa del niño de ver los genitales de su madre quedó detenida o reprimida y, por eso, bajó la vista con timidez y retuvo como fetiche al pie. Y Jung afirmó que el pie (y no la cara) es el símbolo del alma, porque es lo que sostiene al ser humano erecto (nunca mejor dicho).

En la actualidad, hay opiniones para todos los gustos: desde erotómanos que subrayan el parecido entre el arco del empeine y las curvas femeninas, hasta especialistas que relacionan el efecto en la libido del olor vaginal con el que produce el aroma de los pies. Pasando por neurólogos y sexólogos que, como Valeriano López Alfajor, afirman que "los pies y los genitales ocupan áreas contiguas en el córtex somático-sensorial. Por eso los músculos de los puentes del pie se contraen durante el orgasmo".

 
 
 

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